La Medalla Milagrosa que me regalaron

Quiero compartir un testimonio, pequeño pero grande en amor.

El lunes ante pasado, en mi grupo de oración hicimos el Santo Rosario viviente, luego de éste tuvimos una oración fuerte, en la cual nos pidieron extender nuestras manos. Al pasar los minutos de oración comencé a sentir los brazos pesados y veía una medalla enorme sobre mis brazos; en ese momento nuestra pastora dijo: ” En este momento, quienes sienten los brazos pesados, nuestra Madre María les está entregando una medalla, la medalla Milagrosa”.

En mi ignorancia le pregunte a la Virgencita que me enseñará como es está medalla ya que yo no la conocía y en ese momento vi a mi Madre Santa, delgada con sus manos extendidas y unas luces (o rayos) saliendo de ellas. Luego solo le dije “Gracias”.

Nuestra pastora comentó: “Quienes están recibiendo la medalla es porque Nuestra Señora les quiere conceder gracias en abundancia, pidan, y ella se les dará”.

Me quedé sorprendida y agradecida Al terminar la oración, preguntaron quienes habían sentido el peso de la medalla en las manos y varias de las que estabamos allí, levantamos las manos. En eso, noté que una compañera del grupo tenía la medalla que yo había visto en mi visión y le pregunte, que medalla era la que cargaba; claro, su respuesta no me la esperaba y me dijo: “La medalla Milagrosa, yo siempre la ando puesta”.

Le conté lo que vi y me sorprendí porque no fue mi imaginación, pasó y Mi Madre bella me la enseñó y confirmó en ese momento. Así que decidí buscarla para comprarla y usarla.

Mi testimonio va luego para el miércoles pasado. Una amiga mía, de regalo de cumpleaños me dió una pulserita tipo rosario con una medalla del Espíritu Santo de un lado y la Sagrada Familia del otro. Luego note que venía una medalla adicional (aparte dentro del regalo) y al verla me quede ¡FRIA! Era ella, la medalla milagrosa y mi amiga me dijo: “ La medalla viene desde Medjugorje, bendita cuando la Virgen se aparece…el Señor me puso en mi corazón que te tenía que dar ésta medalla”. ¡Ahí casi meda un ataque de la emoción! le conté lo que me había pasado y al recibir el regalo de ella con la medalla fue espectacular. Así mismo, ella me comentaba que no sabía que darme de regalo de cumpleaños, pero que si quería darme algo especial, y en su búsqueda sintió que el señor le dijo que debía de regalarme esa medalla.

¿Por qué me regala esos detalles tan especiales a mi? ¡No lo sé! ¿Qué debo de hacer con este mensaje?¡Tampoco lo sé! Pero si es pedir, con gusto lo haré, si me regala está gracia de pedirle lo que quiera, lo haré, lo haré con gusto; así que quienes necesiten intercesión de la Virgen María con nuestro amado Señor, yo con gusto pediré por ustedes. Aprovechemos sus gracias y seamos testimonios de su amor sin medida.

Lo que si he aprendido es que para pedir no hay que enfocarnos en el problema que queremos que el Señor nos solucione, que sería pedir negativamente. Tenemos que enfocar nuestra petición en la solución, positivamente y no hay mejor solución que mandar toda necesidad a los pies de Jesús, pedir siempre por su Misericordia infinita que es sin medida y sin fin.

La medalla Milagrosa que me regalaron, en el fondo, cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y María